
El trabajo en el huerto despierta en los más pequeños relaciones igualitarias basadas en el respeto, la libertad de expresión y la tolerancia, sin distinción de sexo, raza y lengua, y evitando la promoción de la violencia o la exclusión. De forma paralela se realizarán también diferentes actividades relacionadas con las buenas prácticas medioambientales, el comercio justo o el arte, entre otras.