El propio milagro de la vida que se abre paso a través de una sencilla legumbre. Su observación y cuidado, les va a llevar a disfrutar de los valores de la vida.
Han utilizado un yogur vacío que ellos mismos han limpiado para poder reusarlo.
Han humedecido algodón, lo han colocado en el vaso de yogur, han introducido las legumbres y lo colocaron cerca de la ventana para que recibieran luz pero no sol directo.
A los tres días ya pudieron observar como germinaban y salían los tallos.
Después de su dedicación y paciencia obtuvieron su recompensa: ver como crecía su plantita.
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